Un mal de ojo nace de la envidia de una persona hacia otra. Puede ser voluntario o involuntario y sus efectos negativos se perciben física, mental y emocionalmente. Es una magia malévola y quien recibe el mal de ojo no llega a enterarse. Pero, ¿se puede contagiar?
El sexo y la magia
Decía Carl Jung que “la energía sexual es la energía creativa que mueve la vida, nuestra voluntad y deseos”. Al entrar en contacto con otra persona, pasa a ser una fuente permanente de poder individual a un estallido de energía colectiva. Se considera como una “pequeña muerte”, ya que en un encuentro tan mágico y pasional no solamente se intercambian fluidos corporales, sino también vibraciones de todo tipo, incluidas las del alma.
A través del sexo, el aura de las personas se fusiona en una sola. Se eleva el Kundalini, que es la máxima expresión de la energía vital, llegando así a un estado elevado de consciencia. Es en este preciso momento cuando se abren los canales de energía y sus respectivas brechas, por lo que si uno de ellos está contaminado de malas vibraciones, la otra persona llegará a contagiarse de dicha negatividad y maldad.
¿Por qué se contagia el mal de ojo?
Llegados a este punto, puede producirse varias dudas: ¿por qué sucede si el sexo es un ritual que evoca la energía creadora primaria? Una energía tan pura y mágica puede llegar a arrasar todo vestigio del mal, pero antes hay que aprender a usar dicha energía a nuestro favor, más allá del placer físico.
Para disfrutar más de la intimidad y tener capacidad para eliminar toda energía maligna y nociva, hay que ser consciente del nivel espiritual que se puede alcanzar a través del sexo.
Las malas vibraciones y el mal de ojo pueden contagiarse y no solamente con el sexo. Por ejemplo, si tu pareja tiene un daño astral y tu aura está débil, al dormir juntos se está contagiando sin quererlo. Recuerda que cuando compartes tu día a día con una persona, también se comparte la energía. Por ello, hay que mantener el aura pura.
Hablad para reforzar la importancia de la salud astral para una mejor convivencia. Así, se obtendrán grandes beneficios para la relación y la vida individual de cada uno.