El mes de septiembre marca un momento crucial de cambio en el ámbito astrológico, ya que se presenta con la presencia de siete planetas retrógrados. Esto supone un período propicio para que realicemos una exhaustiva reevaluación de todo el camino recorrido hasta ahora y, al mismo tiempo, nos preparemos de manera consciente y anticipada para lo que está por venir en nuestras vidas.
El 3 de septiembre, Venus comienza su movimiento directo en Leo, inyectando pasión y entusiasmo nuevamente. Pero Mercurio continúa retrógrado en Virgo hasta el 15, pidiéndonos ir despacio y revisar detalles.
Es un contraste interesante que impulsa a terminar proyectos pendientes con meticulosidad virgoniana antes de lanzarnos adelante, lo cual nos permite asegurarnos de que cada detalle ha sido cuidadosamente atendido. El Sol en Virgo, alineado con nuestra transición del verano al otoño, nos brinda la oportunidad de enfocarnos en el establecimiento de rutinas y hábitos saludables que contribuyan a nuestro bienestar físico y emocional.
La suerte de los retrógrados
Un hito importante en nuestra trayectoria astrológica es el inicio del movimiento directo de Venus el 3 de septiembre, después de haber permanecido retrógrada durante un período de 40 días, en el cual hemos tenido la oportunidad de reflexionar y aprender sobre nuestros deseos más profundos.
Ahora, en este nuevo ciclo, integramos las lecciones adquiridas y experimentamos cómo la pasión emerge con una fuerza renovada, especialmente hacia el día 16, cuando Venus y Júpiter se encuentran en un cuadrado por tercera vez, brindándonos una poderosa energía para manifestar nuestros anhelos más elevados.
El 4 de septiembre también es una fecha auspiciosa y llena de energía positiva, ya que Júpiter retrógrado en Tauro, el gran planeta de la expansión y la sabiduría, estará recibiendo un poderoso trigono del Sol y Mercurio.
Este alineamiento celestial promete traer grandes bendiciones y oportunidades para aquellos que posean planetas ubicados entre 11 y 16 grados de los signos fijos del zodiaco, como Tauro, Leo, Escorpio y Acuario. Así que prepárate para recibir buenas nuevas y sorpresas gratificantes, ya que el universo está dispuesto a otorgarte un impulso de prosperidad y éxito en esta fecha tan especial.
Nuevos comienzos
La Luna Nueva en Virgo del 14 de septiembre, seguida por Mercurio directo al día siguiente, traen consigo una energía de renovación y transformación. La influencia electrizante de Urano sobre este evento celestial inyecta una dosis de inventiva y entusiasmo, estimulando así la puesta en marcha de los cambios que han sido gestados durante el periodo de retrogradación.
Es un momento para activar nuevos sistemas, descansar la mente cuando sea necesario y lograr un equilibrio eficiente en nuestra vida.
Equinoccio de otoño
El 22 de septiembre marca un momento significativo en el calendario astrológico, ya que con el ingreso del Sol en Libra, se da inicio al tan esperado Equinoccio de Otoño. Esta temporada trae consigo una energía transformadora y positiva debido a la influencia del beneficioso tríno entre el Sol y Plutón. Sin embargo, es importante tener en cuenta que Saturno se encuentra retrógrado en Piscis, lo cual genera una cuadratura tensa que nos recuerda la importancia de enfocarnos en lo verdaderamente prioritario y no simplemente en lo que deseamos.
Equilibrar razón e intuición con la guía de Pallas Atenea en Libra y Vesta en Cáncer puede ser la clave para capitalizar las oportunidades sin perder el norte.
Luna llena en Aries
El mes de septiembre culmina con la presencia de la magnífica Luna llena en el signo de Aries el día 29, lo que marca el final del ciclo de cuadraturas entre Venus y Urano que se inició en el mes de julio. Estas intensas tensiones entre el deseo de mantener la estabilidad en nuestras vidas y el anhelo innato de experimentar una absoluta libertad encuentran una solución armoniosa gracias al influyente sextil Venus-Marte, generando así un llamado a involucrarnos en nuestras relaciones con total autenticidad y sinceridad.
Es una Luna para concluir procesos y abrazar nuestra capacidad de caminar en soledad con integridad cuando sea necesario. Septiembre nos prepara para los nuevos bríos que traerá el otoño.