Ritual con velas e invocación para conseguir la paz en el hogar, protección, prosperidad y consuelo ante los problemas.
A Jesús se le apareció a Santa Margarita de Alacoque haciéndole, entre otras, las siguientes promesas para todos aquellos que solicitasen su ayuda:
Oración al Sagrado Corazón de Jesús
-Les concederé todas las gracias a su estado.
-Pondré paz en sus familias.
-Les consolaré en sus penas.
-Seré su refugio seguro durante toda su vida.
-Derramaré abundantes bendiciones sobre todas sus necesidades, acciones y trabajos.
-Bendeciré y protegeré del mal a todas las personas y las casas en que sea expuesta y venerada la imagen de mi corazón.
El ritual se realizará todos los primeros viernes de cada mes.
Se debe tener siempre expuesta una estampa o imagen del Sagrado Corazón de Jesús en la entrada de la casa o en la parte interior de la puerta de salida del hogar. Ante su presencia se consigue la paz y protección continua en el hogar y consuelo ante los problemas hasta que queden resueltos.
Devoción al Sagrado Corazón de Jesús
Para realizar el ritual, necesitaremos:
-Dos velas blancas.
-Dos velas rojas.
-Una imagen o estampa del Sagrado Corazón de Jesús.
El altar para realizar el ritual lo prepararemos de la siguiente forma:
-Pondremos en el altar y al fondo la imagen del Sagrado Corazón de Jesús.
-Delante de la imagen o estampa colocaremos las cuatro velas en línea recta: en el centro las blancas y en los extremos las rojas.
Para realizar el ritual bastará encender las cuatro velas y a continuación hacernos cuatro veces una cruz con el dedo pulgar de la mano derecha en el centro de la frente, cuatro en el centro de las boca y cuatro veces en el centro del pecho.
Acto seguido leeremos la siguiente jaculatoria doce veces:
¡Corazón de Jesús, en ti confío!
Haremos la petición de las gracias que se desean alcanzar sin olvidar nunca pedir en este acto paz y protección en el hogar y consuelo ante los problemas para todos los miembros que componen en núcleo familiar.
Dejar que las velas se consuman totalmente y con los restos que queden deben seguirse las instrucciones siguientes:
Se advierte que siempre que acabéis un ritual u os desprendáis de los restos de un amuleto, en cuanto tengáis ocasión debéis arrojarlos preferentemente al agua, por ejemplo: un lago, un río, el mar, etc., o bien si no tenéis ocasión de echarlos al agua, enterradlos en la tierra.