La envidia de los demás hacia nosotros y a lo que hemos logrado puede causarnos mucho mal. Además, puede derivar en un mal de ojo que haga que nuestro día a día sea difícil.
Como uno de los 7 pecados capitales, es innata al ser humano. Lo más normal es que la persona que te tiene envidia sea muy cercana y prácticamente os veáis a diario. ¿Entonces por qué tiene recelo de mis éxitos? Ten cuidado, ya que las personas envidiosas suelen estar bajo un disfraz de amabilidad y amistad.
Los envidiosos y personas rencorosas nunca se dan por vencidos, por eso es importante que detectes a dicha persona tóxica para alejarla de tu vida. Si no sabes quién es, siempre puedes utilizar un amuleto de protección, por ejemplo.
Salmos contra la envidia y el mal de ojo
La influencia negativa que ejerce sobre nosotros puede ser combatida a través de salmos y oraciones. Desde TarotCanal queremos mostrarte dos de los salmos más importantes contra la envidia:
Salmo 48
Vanidad de las riquezas
Oíd esto, todas las naciones;
escuchadlo, habitantes del orbe:
plebeyos y nobles, ricos y pobres;
mi boca hablará sabiamente,
y serán muy sensatas mis reflexiones;
prestaré oído al proverbio
y propondré mi problema al son de la cítara.
¿Por qué habré de temer los días aciagos,
cuando me cerquen y acechen los malvados,
que confían en su opulencia
y se jactan de sus inmensas riquezas,
si nadie puede salvarse
ni dar a Dios un rescate?
Es tan caro el rescate de la vida,
que nunca les bastará
para vivir perpetuamente
sin bajar a la fosa.
Mirad: los sabios mueren,
lo mismo que perecen los ignorantes y necios,
y legan sus riquezas a extraños.
El sepulcro es su morada perpetua
y su casa de edad en edad,
aunque hayan dado nombre a países.
El hombre no perdura en la opulencia,
sino que perece como los animales.
Éste es el camino de los confiados,
el destino de los hombres satisfechos:
son un rebaño para el abismo,
la muerte es su pastor,
y bajan derechos a la tumba;
se desvanece su figura,
y el abismo es su casa.
Pero a mí, Dios me salva,
me saca de las garras del abismo
y me lleva consigo.
No te preocupes si se enriquece un hombre
y aumenta el fasto de su casa:
cuando muera, no se llevará nada,
su fasto no bajará con él.
Aunque en vida se felicitaba:
“Ponderan lo bien que lo pasas”,
irá a reunirse con sus antepasados,
que no verán nunca la luz.
El hombre rico e inconsciente
es como un animal que perece.
Salmo 64
Escucha mi voz, oh Dios, en mi queja;
guarda mi vida del terror del enemigo.
Escóndeme de los planes secretos de los malhechores,
del asalto de los obradores de iniquidad,
que afilan su lengua como espada,
y lanzan palabras amargas como saeta,
para herir en oculto al íntegro;
lo hieren repentinamente y no temen.
Se aferran en propósitos malignos;
hablan de tender trampas en secreto,
y dicen: “¿quién las verá?”
Traman injusticias, diciendo:
estamos listos con una trama bien concebida;
pues los pensamientos del hombre
y su corazón son profundos.
Pero Dios les disparará con saeta;
repentinamente serán heridos.
Vuelven su lengua tropezadero contra sí mismos;
todos los que los vean menearán la cabeza.
Entonces todos los hombres temerán
y declararán la obra de Dios,
y considerarán sus hechos.
El justo se alegrará en el Señor,
y en Él se refugiará;
y todos los rectos de corazón se gloriarán.
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