
1. No te compares con los demás. Todos, absolutamente todos, partimos de puntos distintos. Por eso las comparaciones son una pérdida de tiempo, porque todos tenemos debilidades, y también fortalezas, que nos hacen únicos.
2. No te obsesiones con lo que no puedes controlar. Si bien es importante controlar todo aquello que si está en nuestras manos, lo es aún más ser conscientes de que no está bajo nuestro control, para poder focalizarnos en aquello a lo que si tiene sentido dedicarle nuestro tiempo, cómo son nuestros pensamientos y nuestras actuaciones, no los de los demás.
3. Mantén tus propias fronteras. Tu trabajo es una parte importante de tu vida, claro, pero solo tiene que ser una parte. Sé consciente de hasta qué punto tienes que estar pensando en el trabajo y cuando empieza a violar tu privacidad personal o incluso tu integridad.
4. No te tomes tan en serio a ti mismo. Sé capaz de reírte de tus propias debilidades, esto, además de hacerte más feliz como persona, te hace más poderoso ante los demás. Si no puedes reírte de ti mismo, los demás se reirán a tus espaldas.
5. Sueña despierto. Y es mejor hacerlo de más que de menos. La idea de que soñar despierto es incompatible con trabajar pertenece al siglo pasado. Es cuando dejas que tus pensamientos vaguen.
6. No dediques tiempo al odio. No merece la pena dedicarle ni una pizca de tu energía a pensar mal de los demás, porque es un parásito emocional que corroe tu salud. Si algo funciona mal y puedes cambiarlo, hazlo. Si no, olvídalo.
7. Haz las paces con tu pasado.Centrarte en los errores del pasado y las injusticias por las que te ha tocado pasar es como conducir un coche solo mirando por el retrovisor. Vas a seguir yendo en la misma dirección hasta chocar con algo que ni siquiera has visto.
8. No trates de ganar cada discusión. Algunas batallas no vale la pena lucharles, porque muchas personas son más fáciles de tratar cuando creen que han ganado la discusión. Lo importante es llegar a un acuerdo y trabajar en una misma dirección, independientemente de quien propuso la idea.
9. Sonríe y ríe con más frecuencia. Contrariamente a la creencia popular, la sonrisa y la risa no son el resultado de ser feliz, sino parte de un ciclo que crea y refuerza la felicidad, Encuentra razones para sonreír y trata de no reprimir ni una carcajada.
10. No desperdicies tu energía en cotillear. Puede ser divertido, pero es dañino. Antes de explicar alguna historia sobre algún compañero, pregúntate si estás seguro de que es cierto, si estás seguro de que es malo, si es necesario contarlo y sobre todo si te gustaría que alguien contara una historia similar acerca de ti.
11. Lo mejor aún está por venir. Cómo filosofía de vida, no importa qué, pero seguro que vendrán cosas buenas.
Agatha Roth